Desde que la ley antitabaco impide fumar en el interior de los bares, con el objetivo de beneficiar nuestra salud, las terrazas se han convertido en una parte que se mantiene todo el año. Por eso, se han convertido ya en un lugar más de reunión, y en un espacio extra para muchos locales pequeños que consiguen tener mayor aforo gracias a las terrazas.

Pero para que la terraza esté llena en invierno es necesario acondicionara, salvo que tu establecimiento se encuentre en una zona con un clima que permanece suave durante todo el año. Para lograrlo, hay varios trucos que funcionan muy bien y que harán que la terraza de tu bar siempre tenga clientes dispuestos a consumir y a pasar un rato agradable con sus amigos al aire libre, sin que les importen las temperaturas del exterior.

Una buena protección contra la lluvia y el viento

Lo primero que necesitas es que tu terraza quede bien protegida del viento y de la lluvia. No es agradable estar tomando algo y que, de repente, caiga un chaparrón y moje toda la mesa teniendo que salir corriendo. Por el contrario, tampoco es de buen gusto que el viento se cuele en la terraza haciendo que resulte desagradable estar sentados durante más de cinco minutos.

Es cierto que no siempre se puede colocar una lona que cierre la terraza exterior, pero hay trucos que pueden ayudar a que el espacio esté más protegido. Como por ejemplo, la colocación de las sombrillas o el uso de carteles publicitarios de gran tamaño, que se pueden recoger rápidamente, o se pueden usar como cortavientos. Para este uso, también podrían valer las macetas decorativas de gran tamaño que se pueden retirar cuando el temporal sea muy malo, o en el caso que no se permitan adornos permanentes.

Calefactores para exterior

Las estufas calefactoras para exterior son un gran invento y se ven ya en muchas terrazas. Además de resultar muy útiles son bastante decorativas, le dan una imagen muy agradable y acogedora a la terraza. Pon suficientes para que el calor se reparta por todo el espacio porque de lo contrario podrías ver como algunas mesas están siempre ocupadas y otras no tienen gente o como desplazan los muebles para buscar el calor.

Una buena idea es crear un pasillo con dos filas de mesas y poner en el medio las estufas para que repartan el calor uniformemente. Normalmente, una estufa puede bastar para dos mesas o para cuatro si es suficientemente potente. Al estar divididas por zonas solo hay que encenderlas si hay clientes, por lo que no habrá un consumo innecesario de gas que pueda hacer que salgan demasiado caras.

Cajas con mantas individuales

La moda de poner cajas con mantas individuales nació en las terrazas parisinas y se ha extendido a otros países. Ya es frecuente verlas en España. El establecimiento coloca junto a la terraza una caja con mantas que pueden ser diferentes o pueden ser todas iguales, incluso con el logotipo del establecimiento. Cuando un cliente siente frío solo tiene que coger la manta para colocarla sobre las piernas o bien para envolverse en ella y tomar su consumición a gusto, viendo pasar a la gente por la calle o pudiendo fumar si le apetece.

Una vez que acaba la consumición vuelve a dejar la manta en la caja para que la utilice otro cliente. En otros locales las mantas están puestas sobre la silla, dobladas de forma que se utilizan o bien como cojines o bien como mantas y en cada silla hay una. Las más frecuentes son las de microfibra o de tejidos térmicos que no pesan mucho pero que dan bastante abrigo, por lo que la gente se siente muy a gusto con ellas.

Puesto de castañas o similar

¿Por qué no aprovechar el frío para instalar en la puerta del establecimiento, justo en medio de la terraza, un pequeño puesto de venta de castañas asadas? Las castañas asadas son muy típicas del invierno y se pueden dar a los clientes a modo de obsequio con la consumición o bien venderse. En definitiva, no se trata de tener un producto más a la venta, sino de tener una fuente de calor para la terraza que además, sea atractiva para los clientes.

Otra opción es sacar a la terraza, (siempre que esto esté permitido), una pequeña plancha para bocadillos calientes o similares. Cualquier opción que pueda dar algo de calor y, a ser posible, aumente las ventas del negocio, será siempre bien recibida. Además, el reclamo del olor de la comida recién hecha, puede ser el toque perfecto para atraer a gente que se quede y también a personas que compren el bocadillo y continúen su camino. Convirtiendo este detalle en un buen reclamo para clientes de paso que, conocerán el establecimiento.