Si eres propietario de un bar, tienes que estar pendiente de la revisión de tu máquina de juego, aunque en algunas ocasiones, será la empresa propietaria la que se ocupe de todo.

Pero si la máquina ha estado apagada mucho tiempo o algunos días, ya sea porque hayas cerrado o no, debes llamar a los técnicos para que comprueben que todo está bien. Es una revisión sencilla, no oficial que puede hacer la empresa que la instala, asegurándose de este modo que todo está correcto.

No obstante, existen unas revisiones legales que están marcadas por la ley, que son imprescindibles para poder tener una máquina funcionando de cara al público. Te contamos en qué consisten y cuáles pueden ser las consecuencias de que tu máquina recreativa no pase la revisión correspondiente.

Inspecciones legales

Cada Comunidad Autónoma tiene una normativa al respecto de las revisiones o inspecciones de las máquinas recreativas. En la normativa se explica con gran precisión qué tipo de revisión hay que llevar a cabo y su periodicidad. Normalmente, la primera de las revisiones oficiales se lleva a cabo antes de que la máquina comience a funcionar y la siguiente cuando la máquina tiene cinco años y a partir de aquí cada dos años.

Existen algunas variantes si la máquina llega de otra Comunidad en la que ha estado funcionando previamente, pero este tipo de problemas no se presentan en el bar, sino que los resuelve la empresa propietaria antes de llevar la máquina a un establecimiento.

La revisión debe de ser solicitada por el propietario de la máquina de un modo similar a cuando se solicita la ITV del coche, es decir, antes de que esta caduque para llevarla a cabo con tiempo suficiente. Normalmente, el dueño del bar en el que está la máquina puede desentenderse de todo eso y es la empresa que instala los recreativos y que es la propietaria de la máquina la que se encarga de todos los papeleos y trámites, preocupándose de solicitar las revisiones a tiempo.

Normalmente, es una empresa externa la que realiza la inspecciones de las máquinas y que ha sido contratada por la Comunidad Autónoma para esta labor. La empresa se encargará de comprobar que la máquina está debidamente homologada, sobre todo si es nueva y también de que funciona perfectamente.

Existen modelos legales de fichas técnicas que son las que se emplean para realizar esta inspección y que una vez cubiertas deben de estar a la vista. De hecho, si nos fijamos en las máquinas, suelen tener la tarjeta plastificada y expuesta, aunque no se pueda coger para evitar que se pierda o se rompa.

Al igual que ocurre con los coches, también se da una pegatina para exhibir en la máquina y que garantiza que esta ha pasado la inspección. Esto es una garantía para el cliente que acude a utilizar la máquina ya que sabrá que ha sido convenientemente revisada y que es segura y conforme a la ley, por lo que puede jugar sin miedo a estar siendo estafado.

Datos confidenciales

A modo de curiosidad se puede contar que las empresas que se dedican a revisar las máquinas de juego descubren todos sus secretos, pero los conservan confidencialmente por cuestiones básicas de privacidad. Si cuentas con una de ellas en tu establecimiento, puedes estar tranquilo, sus secretos estarán a salvo y las máquinas seguirán siendo juegos de azar sin que nadie pueda descubrir los métodos de funcionamiento o los trucos internos de configuración.

Al fin y al cabo, lo que más atrae de este tipo de elementos es la probabilidad y el azar de lo que pueda salir en el resultado del juego.

¿Y si la máquina no pasa la revisión?

Nuevamente podemos poner el ejemplo de un coche en la ITV; si tu coche tiene un fallo leve, puedes seguir conduciéndolo, pero tendrás que repararlo. En cambio, si el fallo es muy grave, el vehículo puede ser inmovilizado al momento y tal vez debas dejar de utilizarlo. Esto mismo es lo que ocurre con las máquinas recreativas.

Si el defecto es leve y no influye en el juego, la máquina puede seguir operando aunque tendrán la obligación de subsanar el problema en un plazo concreto que establecerán los técnicos. Pero si el fallo es grave, la máquina se desconecta y no puede volver a ponerse a funcionar, quedará precintada hasta que decidas arreglarla.

Cuando se repare el problema se volverá a revisar, si todo está bien se le otorgarán los papeles junto al distintivo, con el objetivo de que todos los clientes sepan que ha superado con éxito las revisiones pertinentes y la máquina es totalmente segura. En caso de que el problema no sea subsanable, deberás retirarla de la circulación y no podrá utilizarse, si esto ocurren en la máquina de tu establecimiento, la empresa propietaria colocará otra en su lugar, para que puedas seguir disfrutando del servicio.