Aunque el término legal actualmente es el de “cesión de contrato”, seguimos hablando de un traspaso cuando la persona que regenta un negocio. lo deja a favor de un tercero. No todos los negocios pueden traspasarse, algunos contratos especifican claramente que no es posible la cesión del establecimiento en su contrato. Por eso, siempre es bueno que un abogado o un experto en este tipo de contratos revise las condiciones antes de llevar a cabo un traspaso.

Adquirir un local traspaso puede tener muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes. La mejor manera de entenderlo es analizando cada uno de los aspectos a tener en cuenta y ver cuál es su lado positivo y también qué puede tener en la parte negativa.

El precio

Un traspaso puede tener la ventaja de un alquiler más barato. Si la persona que lleva el negocio es un inquilino tal y como hemos visto, puede en algunos casos, cambiar el contrato a nombre de la persona que coge el negocio. En estos casos se suele respetar el precio y, de producirse una subida, está normalmente limitada por ley al menos hasta que el contrato finalice. Esto hace que el nuevo inquilino sepa que tiene un tiempo de gracia para poner en marcha su negocio antes de que puedan actualizarle los precios.

La desventaja en este sentido puede venir por el precio que la persona que lleva el negocio ponga al traspaso, ya que muchas veces va a valorar su local de una manera sentimental y no según criterios sensatos desde el punto de vista económico. Incluso puede querer recuperar obras e inversiones que realizó en su momento, que ya no tienen ese valor por el paso del tiempo.

Las obras

Evitar obras es una buena razón para inclinarse por la opción del traspaso en lugar de coger un local de cero. Si se pretende que el negocio vaya en la misma línea que el anterior solo debes realizar algunos cambios en la decoración para un aire nuevo y más atractivo a tu local.

Por la contra, no es buena idea escoger un local en traspaso si no encaja bien con lo que se quiere hacer en él, una reforma integral puede salir tan cara como una obra que parte de cero, además, habría que sumar el dinero que pagas al anterior propietario por el traspaso, un detalle que puede hacer que deje de ser una opción rentable.

La clientela

Una de las razones para coger un local traspasado es quedarse con una buena clientela con la que ya cuenta el establecimiento. Un local de hostelería que tiene muchos clientes y que se traspasa, por ejemplo, por una jubilación, puede ser una gran oportunidad de negocio.

En este caso, lo mejor es continuar con el negocio tal qual se estaba llevando previamente, puede ser muy positivo trabajar durante algunas semanas junto con los antiguos propietarios para que hagan las presentaciones. Más adelante, se pueden valorar los cambios que se quieran implementar en función de los resultados obtenidos.

En el lado de los contras hay que tener en cuenta que la clientela también puede ser un hándicap en casos concretos. Por ejemplo, un local que tiene un tipo de ambiente muy determinado, que no es el deseado por el nuevo propietario, puede suponer un esfuerzo que sea visto de otro modo tras el traspaso para que atraer a un público diferente.

Los empleados

En muchos negocios los empleados son la auténtica razón de su éxito. La gente acude a bares o cafeterías donde se siente a gusto y bien atendido, sabe que cuenta con camareros profesionales que no solo hacen bien su trabajo sino que tienen un trato al público agradable es clave para el éxito.

Si conoces el local que quieres en traspaso y sabes que cuenta con este tipo de personal, es buena idea ofrecerles buenas condiciones para que continúen trabajando contigo. De esta manera, mantendrán a gran parte de la clientela, habrá sensación de continuidad, un detalle muy positivo.

Por el lado contrario, hay que tener cuidado con los empleados que pueden venir impuestos de alguna manera en el traspaso. Una cosa es querer mantener a un profesional de calidad que sepamos que es bueno para el negocio y otra es tener que contratar a personas que no sabemos como responden, que pueden ser demasiado numerosas para nuestro volumen de trabajo inicial o que pueden venir con vicios adquiridos que dificulten tu idea para darle un giro al negocio.

Si la idea no es continuar con la línea del negocio, proponer a los empleados que se queden, no será buena idea porque los clientes seguirán viendo el local de la misma forma. Cuando lo que se pretende es un cambio, este debe de incluir también al personal del local, pudiendo exceptuarse alguna persona en concreto por su especial valía.